No es otro cuento más.
Maestro – Susurro el aprendiz cossidy-
Un breve silencio prosiguió en aquella habitación.
-¡Maestro, despierte rápido por favor!
El maestro Henry se despertó, en aquella sala aun proseguía
el silencio.
-Maestro –Prosiguió cossidy- acabo de ver algunos vasallos
de los reyes sondeando allí, será mejor que nos vallamos lo más rápido posible.
-Pero que te pasa ahora muchacho – Dijo el maestro Henry aun
acostado- no vez que acabamos de llegar a los confines del reino de tomahawk,
aquí el rey afkanon de aquella pequeña ínsula del sureste no podrá interferir
en nuestro camino.
Henry se levantó y abrió la ventana, entro por esta una luz
aun tenue de aquella abrasadora mañana, iluminando así casi toda la recamara, y
pudo divisar entre aquellas montañas el castillo del príncipe tuzelo, un joven
hombre pagano que obtuvo el trono debido a la muerte de sus padres, el cual le podría ayudar
en sus penas, su mirada se enfocó cerca y logro divisar a los 4 vasallos que ya
antes le había mencionado su joven aprendiz cassidy.
Ya no podrían alcanzar aquel castillo donde el joven
príncipe le había prometido cuidar de él y protegerlos de la muerte que se les
avecinaba.
Cossidy, alístate saldremos a afrontar nuestro propio
destino.
Cossidy asintió con la cabeza y tomo lo poco que tenían
debido a que su maestro no le dejaba
llevar cosas de valor ya que para él lo que más importaba eran sus pinturas,
pinceles y vinilos para su camino.
Cossidy nunca supo cuándo se había metido en semejante lio,
el creyó que su destino era seguir un anciano hasta la muerte.
La historia de
cossidy cuando conoció a su maestro
Henry se remonta cuando el aún era un hombre joven, hijo de un rey poderoso y
perteneciente a una famosa familia de aquella región, en
aquellos días él tenía 21 años, poseía todo lo que quisiera a cambio de nada,
todo lo obtenía, todos le servían, pero siempre cuando se posee absolutamente
todo y no se hace ningún esfuerzo se siente un vacío emocional, ese vacío de no
haber luchado en esta vida, además no poseía el arma más poderosa en el mundo,
no poseía un verdadero amigo, todos le querían y servían por ser hijo de aquel
temido rey.
Cassidy al ver semejante crueldad de por parte de su padre y
al ver que sus días eran repetitivos y que el aburrimiento y depresión lo
colmaban, decidió un día salir de aquel reino a un poblado cercano, acompañado
de su fiel súbdito, donde se topó con un
hombre de mediana edad, con un grave aneurisma en la pierna, de rasgos orientales en un restaurante poco favorecedor
mendigando, y alegando sobre su situación. Cossidy se apiado de aquel hombre y
le dio parte de su comida, aquel hombre favorecido por que era el primero que
se apiadaba de su triste situación le ofreció enseñarle el arte de pintar.
Cassidy quedo totalmente impactado ya que siquiera aquel
hombre sabia con quien hablaba, y no
demostraba miedo alguno hacia él como las demás personas, sin duda alguna
decidió aceptar al ver que el hombre no era como los demás.
En ese momento cossidy no se le vino a la cabeza los
pensamientos de su padre y que crueles
decisiones haría al saber que su propio hijo le había abandonado por un demente,
pero en dicho momento no le importo absolutamente nada ya que no sabrían a
donde irían o con quien estaría, pero no contaba con su súbdito quien ya no sabía dónde estaba, se había logrado
escapar para informarle a su padre de lo que estaba cometiendo su hijo.
Cossidy se desesperó por esta situación y le dijo a aquel
hombre que sí podrían salir inmediatamente del pueblo, pero al terminar de
observarlo se dio cuenta de que consigo no traía absolutamente nada, tan solo
unos cuadros junto con unos vinilos y pinceles, cuando le termino de observar, el
hombre le dijo que por el camino del noroeste nunca los encontrarían.
Cossidy asintió y le dijo que saldría sin absolutamente nada
ya que se había prácticamente escapado de su propia casa.
- No importaba mucho –Dijo el hombre- viajarían un largo camino a un lejano reino, y que por favor le llamase
Henry.
-Estarás a salvo donde viajaremos príncipe cassidy.
Cossidy se impresiono que el sabia su nombre, y no se
acordaba de cuando se lo había mencionado, después de todo si vivía cerca del
reino debería saber quiénes son los reyes y los respectivos príncipes.
Inmediatamente salieron del pueblo por dicho camino y se
encontraron en un fango, acto seguido el maestro le dijo que parasen un momento
a observar dicho fango, y le pidió a cassidy que le diera los vinilos y el
pincel que cargaba consigo en su maleta.
Al terminar esto Saco un marco y empezó a dibujar en él un hermoso valle proliferante de vida, lleno de flores vacas caballos y demás personas trabajando la tierra en él; Su aprendiz cassidy le dijo que se estaba equivocando retractando aquel paisaje y que se encontraban justamente ahora en un fango, tambien habia heredado el don de su familia, y escribio una moaxaja en honor a ese mundo idealizado.
Al terminar esto Saco un marco y empezó a dibujar en él un hermoso valle proliferante de vida, lleno de flores vacas caballos y demás personas trabajando la tierra en él; Su aprendiz cassidy le dijo que se estaba equivocando retractando aquel paisaje y que se encontraban justamente ahora en un fango, tambien habia heredado el don de su familia, y escribio una moaxaja en honor a ese mundo idealizado.
No importa –Dijo Henry- La
imaginación se abre ante nuestros ojos y debemos utilizarla
correctamente.
Cassidy no le dio importancia a esto y una vez termino su
maestro siguieron su camino hacia aquel reino donde cassidy le había prometido
que estarían a salvo.
No más caminar media hora y cassidy tomo otro descanso para
poder pintar otro lienzo, esta vez sobre un valle desolado, y una vez más dejo correr la imaginación y pinto en este un riachuelo,
unas mujeres recogiendo las flores, los hombres cultivando y los niños jugando
en las orillas del riachuelo.
Y así fue transcurriendo todos los días, semanas, meses y
hasta años, pintando aquellas cosas que la imaginación le mandaba, adornaba los
paisajes más extravagantes convirtiéndolos en hermosos valles y montañas
proliferantes en vida, convirtiendo los poblados más pobres en ciudades
extensas de miles de habitantes adinerados, con los mejores bares y edificios.
Todos estos cuadros se los daba al aun príncipe tuzelo quien sus padres le obligaban
a dárselos, asaltándolos con sus soldados en los caminos, pero esto a Henry no
le importaba ya que el solo quería pintar y dejar volar su imaginación, pero a
su discípulo cassidy esto era un trato un poco cruel, casi no comían diario,
por sus pinturas no les daban nada, tan solo era una travesía a la muerte.
Pasaron así 10 años hasta el día en que decidieron descansar
de su larga travesía en un hospedaje que daba hacia el castillo del príncipe
tuzelo, antes de dormir cassidy saco unas cuantas carnes cocinadas que había
robado antes de un campesino descuidado que había dejado su posada abierta sin
nadie que la cuidase, comieron de dicha carne y decidieron dormirse temprano
para poder ver si alcanzaban a llegar al castillo del príncipe tuzal quien se
apiadaría de la situación de aquel hombre que durante su infancia observo todas
sus pinturas.
En dicha mañana siguiente después de aquellos hechos, Henry
creyó que aquellos vasallos pertenecían a los padres de cossidy quien después
de tanto tiempo buscaba aun la venganza, cuando salieron del hospedaje cossidy
se dio cuenta de que no eran los símbolos ni la vestimenta de los solados
perteneciente al reino de su padre, pero ya era demasiado tarde y ya les habían
sometido a la fuerza y amarrados en los caballos.
Fueron así llevados durante una larga travesía por una
montaña, al reino del príncipe tuzal, cuando entraron al castillo donde vivía
el rey, observaron un hombre un poco craso, bajo y simil a un principe, pero despues de observarlo antes se dio cuenta de que era la imagen viva del rey, era el principe tuzal.
-¡Pero qué es esto!,-Dijo henry- yo pensé que éramos amigos como nos podrás
hacer semejante atrocidad.
-Calla Idiota –Dijo el príncipe tuzal- Haz cometido el peor
crimen en toda tu vida hacia mí, nunca te lo perdonare.
-Pero de que hablas –Dijo Henry- Yo no eh cometido ningún
crimen, soy un anciano no puedo ni tocar tus solados, ni hacer ningún acto ante
ti, ademas justamente ahora donde se encuentran los reyes quisiera hablar con ellos.
-No podras -Dijo tuzal- Los eh asesinado para poder ceder el trono con una pocima envenenada.
- ¡Pero que clase de hombre eres! todo por un estupido poder, aparte dejame ser libre no eh hecho nada.
-No podras -Dijo tuzal- Los eh asesinado para poder ceder el trono con una pocima envenenada.
- ¡Pero que clase de hombre eres! todo por un estupido poder, aparte dejame ser libre no eh hecho nada.
-Fui condenado a lo peor cuando aún era niño – Dijo tuzal-
fui engañado toda mi vida, fui un arrogante, y todo por culpa tuya.
-¡No mientas! –No eh hecho nada ante ti, suéltame por favor
o al menos deja ir a mi fiel discípulo.
-Haz de saber que cuando aún era un niño ingenuo no podía
salir de estas murallas que aislaban el peligro de mí, mi educación y demás
cosas y era sometido a ver tus pinturas robadas para imaginarme así el mundo
exterior; Durante toda mi vida fui condenado a ver tus pinturas y fueron mi
base educación sobre aquel mundo. Pero cuando tuve la edad necesaria de salir
de estos confines me di cuenta de tu mentira, fui engañado toda mi niñez, los
valles eran fangos, las tierras eran desoladas y nada era cierto de lo que tú
me digites, por esa misma razón hoy mismo te degollare por mis propias manos,
por haberme engañado durante toda mi vida.
-Si eh de morir, moriré sabiendo que nunca cometí ningún
crimen, pero al menos deja que mi discípulo logre irse, él es un hombre humilde
que nunca haría nada en contra tuya, aparte es el hijo del rey afkanon, no le
hagas nada por favor.
-Tu último deseo será cumplido, por mi más sagrada palabra
eh de cumplirlo.
Acto repetitivo el maestro Henry dijo –Estoy listo, si eh de
morir no quiero esperar más-
Cossidy no quiso ver semejante crueldad, cerró los ojos y
empezó a ir recordando todo lo que pasaron juntos, todos esos días, todas las
situaciones, todos los cuadros pintados.
El rey pidió su espada sagrada a sus solados, una espada totalmente forjada con el apice de oro para asi demostrar todo su poder, y acto seguido
con total decisión, no dudo nunca en hacerlo degolló a aquel pobre anciano que
siempre le mintió con sus cuadros; la cabeza rodo por el altar del príncipe y
ordeno que sacaran a esta y a su cuerpo.
Mientras tanto el aprendiz cassidy no pudo contenerse y se
le brotaron todas las lágrimas y el llanto posible al ver que habían matado a su gran adulacion, a
aquel que era como un padre para él.
Todo está cumplido –Dijo tezul- llévense aquel hijo del rey
afkanon hacia el reino de su padre, no quiero interferir y formar una guerra
absurda.
Cossidy no dijo nada, tan solo lloro todo el tiempo, nunca
cruzo palabras con aquel príncipe por temor, ahora se sentía como se sentían
las demás personas cuando hablaban con él, ese miedo irracional que poseían
cuando le veían.
Subieron a cossidy a un carruaje y le llevaron hacia su
reino, en el camino fue recordando aquellas pinturas y cosas que pinto su
maestro, cuando fue observando los paisajes y las ciudades noto que ya nada era
como antes, todo había cambiado ahora, los fangos ya no existían, los poblados
cambiaron, los valles desalojados cambiaron, ahora todo era como su maestro
siempre quiso en sus pinturas, los densos valles con proliferante vida se
extendían a lo lejos, las altas montañas, las mujeres, los niños, los hombres
trabajando la tierra, los pueblos se convirtieron en grandes ciudades, cossidy
asintió con una leve sonrisa y pensó que el mundo idealizado de su maestro se
había cumplido y que con su muerte todos sus deseos se volvieron realidad, ya
que como Henry decía siempre a su discípulo, “La imaginación lo puede todo”.